La fundación de la Liga Comunista Internacional es un hecho que a los comunistas del mundo y al proletariado nos llena de júbilo y optimismo revolucionario. El capitalismo en su fase imperialista está en crisis, ya no tiene capacidad de desarrollar las fuerzas productivas sin estrujar la fuerza del trabajo al máximo (con formas esclavistas y serviles) y explotar la naturaleza de manera irracional, poniendo toda la vida sobre la tierra en peligro inminente. Estas formas y otras de frenar la tendencia a la caída de la tasa de ganancia demuestra que la burguesía ya no puede seguir teniendo los hilos de la humanidad y que el régimen de producción capitalista está destinado a ser barrido por el proletariado. La Liga Comunista Internacional es la llamada a enarbolar el principio del internacionalismo proletario y a constituirse como el centro mundial para lograr este cometido histórico y así golpear a los enemigos de clase, por medio de Guerras Populares en los distintos países, bajo la tutela de los Partidos Comunistas que se están constituyendo o reconstituyendo.

Los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas participantes en la CONFERENCIA INTERNACIONAL MAOÍSTA UNIFICADA (CIMU), siguiendo el camino de la Tercera Internacional, fundada por el gran Lenin y las mejores tradiciones del Movimiento Comunista Internacional (MCI), declaran solemnemente al proletariado internacional y a los pueblos oprimidos del mundo que han tomado la decisión histórica y trascendental de dar vida a la nueva organización internacional maoísta, fundada bajo tres grandes y gloriosas banderas rojas: el maoísmo, la lucha contra el revisionismo y la revolución proletaria mundial.